Publicado en notineta.com
Las medidas fáciles que pretenden disminuir el índice de delitos, en particular el secuestro, que son ahora revividas por el secuestro y muerte de un menor, consiguen, en vez de mermar el delito, incrementarlo, ya que ocultan y postergan el verdadero debate sobre el tema, que es la eficiencia en la investigación policial y una posterior implementación de la justicia con la sentencia respectiva.
Quienes hacen estallar los tambores de guerra contra los secuestradores, exigiendo la pena de muerte o la cadena perpetua, olvidan la desconfianza ciudadana en el sistema de justicia mexicana, olvidan el temor que los cuerpos policiales infunden entre la gente, olvidan que de los delitos denunciados, sólo un margen que cae en lo ridículo llega ante un juez y que de éstos, un margen no menos ridículo es sentenciado.
Esta fragilidad del sistema de impartición de justicia en México es la que hace posible que existan personas que se aventuren a cometer actos como el que ha recorrido todos los medios de comunicación toda la semana, que incluso ha ocupado la boca de políticos. En las cuales el tema no han sido las exiguas capacidades de investigación de la policía, o las precarias averiguaciones que elabora el Ministerio Público que hacen que jueces y juezas resuelvan la improcedencia del caso.
Atajar la indignación social con las palabras que la masa descontenta quiere oír, como lo hace Felipe Calderón al anunciar que enviará a legislativo una propuesta para implementar la cadena perpetua, convierte a un tema de seguridad pública y desigualdad social estructural, en una simple modificación al código penal, que como esta visto, es casi letra muerta a la hora de su implementación por los cuerpos encargados de su respeto.
Está visto en países que aplican estás dos penas, que lejos de ayudar a las víctimas, suelen provocar su muerte, en caso de un secuestro, ya que quien lo hace, no ve diferencia entre matar o no a su víctima, o a otras más, ya que la pena será la misma, no habrá diferencia. En cambio si hay diferencia previa, sí, éste delincuente potencial advierte que estará en prisión veinte años o los que sean de llegar a cometer el crimen.
La impunidad se convierte en el principal aliado del criminal, en su respiro y tranquilidad y en su envalentonamiento cuando se dispone a realizar el acto. Quien permite ésta impunidad, es un cómplice del criminal, aun cuando proponga que hipotéticamente se le castigue con mayor severidad. Y quien lleva el debate y la solución a éste supuesto castigo, en vez de la implementación de los cambios torales para que los existentes no sean letra muerta, ayuda a la permanencia de ésta tranquilidad que el delincuente tiene.
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En vez de un libro más, la Secretaría de Educación Pública quiere un libro menos para los estudiantes capitalinos. En cualquier tema, sobre cualquier punto de vista, siempre es mejor que el estudiante cuente con más herramientas para su formación. Hasta la opción de Dios mío hazme viuda, de la titular de ésa dependencia sería mejor que la opción su veto. Veto que implementa para un libro sobre educación sexual que si vale la pena, como el impulsado por el secretario de educación de DF, Axel Dridickson.
Las medidas fáciles que pretenden disminuir el índice de delitos, en particular el secuestro, que son ahora revividas por el secuestro y muerte de un menor, consiguen, en vez de mermar el delito, incrementarlo, ya que ocultan y postergan el verdadero debate sobre el tema, que es la eficiencia en la investigación policial y una posterior implementación de la justicia con la sentencia respectiva.
Quienes hacen estallar los tambores de guerra contra los secuestradores, exigiendo la pena de muerte o la cadena perpetua, olvidan la desconfianza ciudadana en el sistema de justicia mexicana, olvidan el temor que los cuerpos policiales infunden entre la gente, olvidan que de los delitos denunciados, sólo un margen que cae en lo ridículo llega ante un juez y que de éstos, un margen no menos ridículo es sentenciado.
Esta fragilidad del sistema de impartición de justicia en México es la que hace posible que existan personas que se aventuren a cometer actos como el que ha recorrido todos los medios de comunicación toda la semana, que incluso ha ocupado la boca de políticos. En las cuales el tema no han sido las exiguas capacidades de investigación de la policía, o las precarias averiguaciones que elabora el Ministerio Público que hacen que jueces y juezas resuelvan la improcedencia del caso.
Atajar la indignación social con las palabras que la masa descontenta quiere oír, como lo hace Felipe Calderón al anunciar que enviará a legislativo una propuesta para implementar la cadena perpetua, convierte a un tema de seguridad pública y desigualdad social estructural, en una simple modificación al código penal, que como esta visto, es casi letra muerta a la hora de su implementación por los cuerpos encargados de su respeto.
Está visto en países que aplican estás dos penas, que lejos de ayudar a las víctimas, suelen provocar su muerte, en caso de un secuestro, ya que quien lo hace, no ve diferencia entre matar o no a su víctima, o a otras más, ya que la pena será la misma, no habrá diferencia. En cambio si hay diferencia previa, sí, éste delincuente potencial advierte que estará en prisión veinte años o los que sean de llegar a cometer el crimen.
La impunidad se convierte en el principal aliado del criminal, en su respiro y tranquilidad y en su envalentonamiento cuando se dispone a realizar el acto. Quien permite ésta impunidad, es un cómplice del criminal, aun cuando proponga que hipotéticamente se le castigue con mayor severidad. Y quien lleva el debate y la solución a éste supuesto castigo, en vez de la implementación de los cambios torales para que los existentes no sean letra muerta, ayuda a la permanencia de ésta tranquilidad que el delincuente tiene.
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En vez de un libro más, la Secretaría de Educación Pública quiere un libro menos para los estudiantes capitalinos. En cualquier tema, sobre cualquier punto de vista, siempre es mejor que el estudiante cuente con más herramientas para su formación. Hasta la opción de Dios mío hazme viuda, de la titular de ésa dependencia sería mejor que la opción su veto. Veto que implementa para un libro sobre educación sexual que si vale la pena, como el impulsado por el secretario de educación de DF, Axel Dridickson.
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