Publicado en www.notineta.com
José Manuel Zelaya Rosales, “Mel” para los cuates, es un político, hoy orador y ayer o antier Presidente hondureño recientemente conocido en el plano internacional a partir de que el 28 de junio sufrió un golpe de Estado a manos del ejército, en conspiración con el parlamento y la alta oligarquía a la que antes perteneció. Siendo Roberto Micheletti presidente del parlamento, lo es ahora de Honduras, al menos eso hace.
Desde entonces “Mel” vaga por los países del continente en busca de los apoyos internacionales que eventualmente le permitan retornar a su país bajo la misma calidad con la que salió, como Presidente. Calificativo, éste último, que comparte con muchos otros, pero que sólo con uno lo comparte del todo, con Micheletti, con quien también comparte el nombre de su esposa, ambas debida y estrictamente bautizadas como Xiomara.
Pero el apuro de “Mel” no es mayor, ya que el ejercicio de su encargo estaba próximo a concluir, lo haría este cercano 27 de enero de 2010. Por eso el problema real no es suyo, es de los demás, de todos los demás. Del pueblo hondureño en primer plano, que eligió a uno y es gobernado por otro, aunque sea por un ratito y pues eso no es democrático; y de la comunidad internacional, “oséase”, los otros presidentes, fundamentalmente los que viven con instituciones igual o más inestables que las hondureñas y no desean sufrir la misma suerte, y menos viendo como le va a “Mel”, quien apenas puede pisar la línea fronteriza de su amada Patria.
A pesar de todo “Mel” parece encontrarse bien, se le ve fuerte, sano y siempre bien vestido, parece que alimento no le falta y con ese sombrero, pues el sol le hace los mandados, y ultimadamente, no sólo de poder vive el hombre. Pero aún así, él no quiere parecer egoísta, o más bien, no lo quiere ser, o bueno, no lo es, por eso anda de cruzada en busca de la restauración del orden constitucional quebrantado el 28 de junio, apenas.
Vino a México y se reunió con otro que como él, comparte el mote de Presidente, pero que como Micheletti, éste si ejerce, no como el otro, perdón, como el mismo “Mel”, quien ahora sí como el otro, sólo se dice. Por eso tal vez se puede llevar bien con el otro, aunque fuese éste el que lo recibió, y lo que pasa es que ver a uno y no ver al otro es ser grosero con alguno, por eso a la mejor alguien quedó sentido, pero lo importante es que el que es, hasta sombrero le dio. Digo, cobijo, arropo político y la promesa de mediar con el bueno, con el del norte qué sí es único, porque McCain es senador, aunque como “Mel”, éste lo apoyó y erró, digo, “Mel” apoyó a aquel, al que no fue pero que es, aquí, pero ahora dice que no, porque el qué es, es, el bueno, no como él. Vaya, de eso si sabe.
En fin, “Mel” tiene mucho camino que seguir, porque muy hondo, perdón, abajo tiene que llegar, ahora va a Brasil, se salta Venezuela, es lo bueno de volar.
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